Por Pedro Trueba Director de Link Desk .
“Se puede medir la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”. Immanuel Kant.
Gestionar una empresa no es cosa fácil. A la presión de los clientes, los proveedores, los precios, la competencia, la gestión de equipos, la financiación, los accionistas, se añade la preocupación por la calidad del servicio/producto, la tecnología, la innovación, la adaptación al cambio, la digitalización y en este 2020 añadimos el Covid 19, el trabajo en remoto, la paralización de la economía y la incertidumbre de los mercados de divisas y tasas a nivel global.
Todo lo anterior impacta de forma directa o indirecta en la evolución y supervivencia de una empresa. De cualquier empresa. Desde los grandes corporativos hasta las más pequeñas pymes, todos los puntos anteriores impactan en mayor o menor medida en la cuenta de resultados.
Un buen gestor, tratará de gestionar todos los puntos que tenga en la mano controlar. Un buen conocedor del negocio, que lleve años gestionándolo, conocerá por ejemplo muy bien a sus clientes, sabrá sus necesidades, su sensibilidad al precio, sus riesgos, etc. Sabrá muy bien el producto que vende o el servicio que presta. Será experto y habrá tratado de diferenciarse de la competencia, con éxito sin duda para llegar hasta aquí. Estará preocupado por invertir y adaptará a su empresa a las nuevas tecnologías. Y todo esto y mucho mas lo hará por su propio conocimiento o con la ayuda de profesionales.
Pero qué sucede cuando hay variables que quedan fuera del alcance de la gestión del empresario?. Qué pasa si sus oficinas o los lugares donde guarda sus productos se incendian como consecuencia de una tormenta?. La gestión hasta entonces habría sido impecable, pero este caso fortuito podría haber llevado a la empresa a la quiebra o ruina. Otra vez el buen gestor lo habría pensado y previsto y habría contratado en su día un buen seguro de incendios que evitarían la ruina de la empresa.
Hay variables de las mencionadas que quedan también fuera del alcance de gestión del empresario, como son las tasas de interés y la divisa. No, no, me dirá alguno, el buen empresario es capaz de negociar muy bien estas variables con su banco de referencia. Obtiene las mejores tasas para sus créditos y los mejores precios cuando compra o vende dólares para hacer frente a sus pagos.
¿Qué pasa si un cliente tiene su cartera de créditos a tasa variable (Tiie28 por ejemplo) y por muy buen diferencial que haya negociado con su banco (pongan un 2%), por cualquier movimiento de mercado ajeno a la gestión del empresario, la Tiie28 asciende de pronto al 10%?. Pagará entonces por sus créditos un 12% y con esa subida, buena parte de su margen comercial, si no todo, se evaporará.
Lo mismo sucederá si ese buen empresario, cierra una venta de sus productos a unos americanos para entrega el próximo 15 de diciembre y le pagarán en dólares. Hoy el dólar está en niveles de @22.30 y el empresario cerrará el negocio sobre este tipo de cambio para obtener un extraordinario margen sobre la operación. Si el dólar se cae a 15 dólares por peso, el margen comercial que hoy parece extraordinario se convertirá en una operación ruinosa con pérdidas garantizadas. Y todo porque los mercados, sobre los que nuestro empresario no tiene ninguna injerencia ni poder de control, sobre los que miles de personas, fondos y grandes institucionales especulan con muchísima mayor información que él, han decidido tumbar el dólar frente al peso. Luego llegarán los economistas y expertos y darán un montón de convincentes y razonadas explicaciones sobre lo que pasó, pero a nuestro pobre empresario lo arruinaron.
Otra vez, el buen empresario y mejor gestor, habrá tenido la precaución de contratar coberturas de tasas de interés y de tipo de cambio, como lo hizo con el seguro de incendios. No habrá especulado como estos grandes tiburones de las finanzas con su propio negocio, sobre activos incontrolables como las tasas y la divisa. No le habrá querido ganar al mercado creyéndose más listo que ellos.
Dedíquese por tanto el empresario a gestionar su negocio como lo sabe hacer sobre las variables que controla y sabe gestionar. Ponga todo el foco en la gestión de su empresa, ya de por sí compleja, y no permita que variables externas arruinen su negocio y buen hacer.
Visto lo anterior, cabe contestar a una pregunta muy habitual entre nuestros clientes: ¿Cuándo es buen momento para cubrirse?. ¿Lo hacen ahora o esperan a que la tasa baje más?. ¿Cierran ahora la divisa en niveles de @22.30 o se esperan a que supere los 24 dólares?. La respuesta parece obvia: cierren coberturas en cuanto tengan el riesgo.
Si tienen créditos a tasa variable, su riesgo es que suban las tasas. No lo dejen abierto. Si tienen créditos a tasa fija, su riesgo es que bajen las tasas. No permitan pagar sobretasas. Si son importadores, no permitan que la compra de sus dólares quede abierta a mercado, igual que si son exportadores, cierren el margen comercial con la venta de sus dólares asegurada.
Y dejen los mejores momentos, las curvas, las expectativas, las corazonadas y las previsiones a otros…
En Linkdesk, somos profesionales con más de 30 años de experiencia en los mercados de coberturas tanto de tasas de interés, como de coberturas cambiarías. Ofrecemos a nuestros clientes la posibilidad de conseguir las coberturas que mejor se adapten a las necesidades de sus empresas y/o de su patrimonio; con la finalidad de cubrir los riesgos de los mercados financieros, los cuales son distintos a los riesgos inherentes de los negocios de cada uno de nuestros clientes.
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